jueves, 18 de noviembre de 2010

CHARLA "EL PROCESO DE DUELO TRAS LA SEPARACIÓN". Viernes, 26 de Noviembre, a las 19.00 horas.

CHARLA "EL PROCESO DE DUELO TRAS LA SEPARACIÓN". Viernes, 26 de Noviembre, a las 19.00 horas.

intersad@s en asistir escriban a extragenil@gmail.com
 
Día viernes, 26 noviembre
Hora:19:30 h

Lugar: Asociación de Mujeres Profesionales (Solarillo de Gracia, 7, Galería Comercial, Edificio Versalles, Local 4B
18002. Granada) (junto a multices de placeta de Gracia)
 
Entrada libre hasta completar aforo.

 
Imparte Doña  Ana Mallorquín, psicóloga -colegiada nº AO06590- 
y responsable de la consultoría multidisciplinar en-POSITIVO.
 
 
Superar el duelo tras la separación


El duelo es un proceso de ajuste emocional después de una pérdida, durante el cual diversas emociones compiten entre sí. El proceso incluye etapas diferentes que pueden explicarse separadamente pero que no se presentan de un modo ordenado. Pueden solaparse y mezclarse entre sí, pero lo que sí hay que saber es que para completar el proceso de curación hay que experimentarlas todas. Puede haber días mejores o peores, y, a veces, lo que se creía superado se vuelve a sentir. Por otra parte, algunas emociones prevalecen sobre otras: por ejemplo, sentir rabia durante demasiado tiempo puede indicar que se está luchando contra la tristeza y al revés, sentirse encallado en la tristeza y la depresión podría indicar el no haber podido reconocer y superar la rabia.

Las etapas se podrían clasificar de esta forma:

Impacto. Es la primera reacción: una sensación de paralización, desorientación e incredulidad. La vida se estanca y la atención se concentra en la pérdida sentimental. Se bloquean las emociones y es difícil concentrarse en las tareas diarias. Cuesta conciliar el sueño y se pierde el apetito. La etapa puede durar un día o un mes, pero no mucho más. Puede venir acompañada de síntomas físicos de ansiedad como vértigo, crisis de pánico, hiperventilación o cansancio extremo.


Negación. Este mecanismo, que conlleva la incapacidad de aceptar que la relación ha terminado, también sucede cuando se vive la muerte de un ser querido. Hay personas que se estancan en esta etapa durante años, con la esperanza de que vuelva la persona que se fue.


Pena y depresión. Esta emoción puede afectar tanto al que abandona como al abandonado. Suele describirse como un sentimiento de vacío, como si faltara una parte de uno mismo. Es el sentimiento que impulsa a muchas personas a correr hacia otra relación, lo cual no es algo muy saludable para la curación, aunque sí comprensible. Es importante permitirse vivir la experiencia de la tristeza sin acudir a atajos como la actividad frenética, drogas y alcohol o promiscuidad sexual. En estas circunstancias es aconsejable hablar con un psicólogo o con amigos sobre lo que se está sintiendo. La pena proviene no solo de la pérdida de la persona, sino del tiempo que se compartió y del fracaso del proyecto de pareja. La pena puede conducir a la depresión y es entonces cuando la persona se puede quedar estancada, a veces durante años. Si no se puede seguir adelante y superar la etapa, habría que buscar ayuda profesional.


Culpa. Esta emoción es sentida por aquél que termina la relación, pero también por el abandonado. En este último caso posiblemente debido a la idea de fracaso. Al pensar sobre qué fue lo que falló, el que se culpabiliza suele razonar sobre lo que podría haber sido hecho de otra forma. Si algo tiene de positiva la culpa, es que ayuda a hacer cambios en el futuro. La parte negativa y no saludable es la que lleva a culparse a uno mismo de un modo poco ecuánime e injusto. Las personas que lo hacen son aquellas que son incapaces de sentir rabia hacia la ex pareja y dirigen la rabia hacia sí mismos. Creen que todo ha sido culpa suya. Habría que recordar que el remordimiento genuino debe venir seguido del perdón hacia sí mismo. Si no se consigue superar la culpa, no es posible finalizar el duelo.


Rabia. La presencia de la rabia es algo completamente normal durante el duelo. Es una fuerte emoción que nace de sentirse herido, aunque no haya nadie a quién culpar. El momento en que se experimenta la rabia depende de cada persona en particular. Algunos la sienten muy al principio y otros son más lentos hasta llegar a sentirla. Al ser una energía potente, la rabia puede hacer sentir irritabilidad y nerviosismo, pero el lado positivo es que ayuda a sobrellevar los malos momentos y motiva para reconstruir la vida. No habría que sentirse culpable por sentir rabia en esta etapa, ya que esto indica que se está superando la pena. También puede revelarse una rabia destructiva y no terapéutica en forma de venganza o de la utilización de los hijos en contra de la otra persona. Otras veces la rabia se materializa en una siguiente relación, llevando a que la persona se desquite inconscientemente con la nueva pareja con insultos, desconsideración o indiferencia. De esta forma está proyectando en otro lo que siente que le han hecho. También hay personas que permanecen rabiosas durante años, lo cual indica que siguen ligados emocionalmente a sus ex parejas de un modo destructivo. Es importante saber discernir con la ayuda de un terapeuta si la rabia es saludable o es destructiva.


Resignación: El adiós. Esta es la transición más difícil del proceso de duelo. No solo hay que aceptar que la relación se ha terminado; también hay que liberarse de ella por completo, recuperando la energía que se invirtió en la relación. Aunque parezca que lo peor ya ha pasado, también es posible quedarse atrapado en esta etapa: cuando el agotamiento nervioso deja a la persona sin motivación para seguir adelante.


Reconstrucción. En este punto hay más días alegres que tristes y se empieza a reconstruir activamente la vida. La persona vuelve a centrar la atención en si mismo y a sus propias necesidades y se vuelve a desear conocer a otra persona. Esta etapa es como aprender a caminar otra vez después de haberse roto una pierna. La persona se siente mejor pero necesita construir su fortaleza desarrollando el amor propio y la seguridad en si misma.

 

De cualquier forma, el final de una relación puede ser un nuevo comienzo. Sin la influencia de una pareja, la persona puede concentrarse en sus propias necesidades para construir un modo de vida más satisfactorio para sí misma que en el seno de una convivencia infeliz.
Se dice que detrás de un gran sufrimiento reside el mayor bien. Y si no lo vemos a simple vista, a lo mejor tendremos que esperar, pero depende de nosotros percibir lo bueno dentro de una crisis. La fuerza interior que nace del sufrimiento se transforma en confianza y seguridad para poder seguir arriesgándonos a vivir y a amar. Al poner el punto final a una relación íntima, el individuo suele tener necesidad de reconstruir su autoestima e independencia. A largo plazo, es preferible sustituir la ex pareja por uno mismo. La decisión de romper la relación con alguien y la de vincularse a otro deberían ser, idealmente, procesos independientes, tanto para quitar presión a la nueva relación como para asegurar que el hecho de haber terminado ha sido una decisión correcta. Una nueva relación solo será satisfactoria si se tiene una buena relación con uno mismo.

Enlaces
E-mail:


E-mail del grupo:


Grupo en Facebook Asociacion de Mujeres Profesionales de Andalucia
.





Te recuerdo comida en convento de Monjas de Santiago. haz tu reserva ya. Es el  sabado, 20 noviembre, 13:30 h horas,  Adelanta el precio de menú de 10 euros, a Marcos o a Juana en en Tienda Eco logica, calle Nueva de San Antón, 17 (bocacalle de San Anton por hotel Orilia)

Te esperamos


Direccion de Calendario Extragrupo ExtraGe



No hay comentarios:

Publicar un comentario