El "ultraconservador" inconformista
Siempre es más cómodo poner un adjetivo descalificador al adversario que refutar sus ideas. Y en los tiempos que corren, con pensamientos de 140 caracteres, periodismo político de declaraciones y comentarios a bote pronto en la red, hay que economizar las palabras. Los recortes también han llegado al discurso.
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